martes, 4 de junio de 2013

UN RINCÓN DEL CAÑETE COLONIAL : La Iglesia de Coayllo (Primera parte) - Artículo publicado el 15 de abril de 1991 en el suplemento “Revista” del diario Oficial El Peruano


Por: RAUL ADANAQUE Y ANTONIO COELLO
FOTOS: JUSTO LOPEZ
Fuente: Diario El Peruano
Suplemento: Revista
Páginas: I, II y III.

Fecha: 15 de abril de 1991.

La llegada de los españoles tuvo, entre sus consecuencias, la difusión y en muchos casos, la imposición de las doctrinas y los dogmas de la Iglesia Católica y esto es algo evidente a partir de la constatación de que una de las principales actividades durante los primeros años de la colonia fue la construcción de templos e iglesias, tanto en las grandes ciudades como en las más alejadas. En esta oportunidad, la Revista estuvo en Coayllo, en la provincia de Cañete, visitando su antigua iglesia. Aquí la crónica.  

UBICACIÓN
La Iglesia que nos ocupa se encuentra ubicada en la provincia de Cañete, distrito de San Pedro de Coayllo. Siguiendo en dirección al sur por la Panamericana a la altura del km.98 se encuentra el desvió que nos conducirá, por una trocha carrozable, en una distancia de 19 kms. A nuestro destino.

A medida que vamos ascendiendo por la trocha, paralela al rio Asia u Omas, vamos observando como el típico desierto costanero va quedando atrás para dar acceso a la variada vegetación, propia de la zona, con sembríos de árboles frutales como manzana, lúcuma, vid, níspero, pacay y algunos productos de pan llevar que actualmente abastecen a la población limeña. Antes de Coayllo pasamos por el caserío San Juan de Quisque, conocido por los lugareños como “tambo de perro”. Esta misma denominación la encontramos en los documentos administrativos conservados en los Archivos, guardianes de nuestro legado histórico.

Con la fundación de Cañete en 1556, se repartió Coayllo y Calango al encomendero Antonio de Barrios Navarro. Los habitantes diseminados en el valle son reducidos a pueblo por los españoles, de acuerdo a los patrones occidentales. Es por ello que Coayllo tiene el modelo trazado a cordel, con la iglesia frente a la plaza de armas y sus calles adyacentes.

Cabe mencionar que en los pueblos donde no hubo fundación española (comúnmente en  las fronteras con  pueblos que no se dejaron reducir), no se reprodujeron los moldes antes mencionados sino que “eran abigarrados conjuntos de viviendas indígenas organizadas en torno a la iglesia” (Glave).

ELECCIÓN DEL LUGAR PARA SU CONSTRUCCIÓN   

Siguiendo con nuestro tema, mencionaremos que en el primer Concilio limense (1551-1552), sobre la construcción de iglesias  en los pueblos de indios (Constitución 2), se menciona que debería ser donde residía el Cacique principal, pero fundamentalmente el lugar donde se encontraba la mayor población. Si no hubiera la posibilidad de construir iglesia, se levantaría una ermita donde se pondría un altar de la mejor manera.

Ahora, en la Constitución 3 mandaba que si hubiere huacas sean derribadas y, en el mismo lugar, si fuere decente se hagan iglesias. Amparándome en este capítulo planteamos que la iglesia ha sido construida sobre una huaca, pues no hemos ubicado una en este valle. Para poder demostrar esta hipótesis tendríamos que realizar una excavación arqueológica cerca del altar mayor de este recinto religioso. Esto sería imposible; empero, sin un riguroso trabajo científico se limitaría el avance del estudio de las ciencias sociales y fundamentalmente lo concerniente a las culturas prehispánicas. Esperamos que ello no suceda.

Su construcción debió haberse empezado a inicios del siglo XVII. Ello no imposibilita ubicarlo como el lugar de concentración religiosa desde el reparto al encomendero Antonio de Barrios Navarro.

LAS COFRADÍAS

Desde el periodo colonial, la Iglesia permitió el culto a distintos santos católicos. Cada imagen de santo congregaba un determinado grupo de personas representadas por un mayordomo a través de las cofradías. Estos eran los encargados en todo lo concerniente al culto. Es decir, rezos, procesiones y otros.

Para ello tenía que destinar una cantidad de dinero conjuntamente con los demás cófrades o veinticuatro como se llamaban a sí  mismo en el periodo colonial. Además, podían financiar, donar o comprar bienes para el mismo fin. Por ejemplo, la imagen de San Pedro, patrono del pueblo, tenia tierras en los pagos del Perro (Quisque), Uquira, Cuculí y Tabula, entre otras. Esta última actualmente la posee el señor Anselmo Villalobos, a quien se la arrendó la Municipalidad de acuerdo a la costumbre desde el siglo pasado. Con el tiempo, los alcaldes que a su turno ocuparon el sillón  municipal se fueron olvidando de este procedimiento. Luego de la Reforma Agraria iniciada en 1979 en el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, Tabula quedo en manos del actual poseedor, pudiendo verificar las tierras que ha perdido la iglesia, que bien hubieran podido servir para su reconstrucción y conservación. Los nombres de estas tierras los hemos obtenido de la investigación que estamos realizando sobre el valle de Asia.

Entre otras cofradías tenemos la de Nuestro Amo, Nuestra Señora del Rosario, Jesús Nazareno, Virgen de los Dolores, Santa Rosa de Lima, San Lucas y Purísima Concepción.

Las cofradías han perdido sus tierras, que al arrendarlas servían para financiar los gastos de las celebraciones. Hoy se encuentra en proceso de extinción.

El estudio de las cofradías es importante porque en el futuro nos ayudará a diferenciar, en el aspecto religioso, qué sectores de la población eran los encargados de rendir culto a determinada imagen.

IMPORTANCIA DE LA IGLESIA   

La importancia radica en su antigüedad y valor artístico y, fundamentalmente, por ser iglesia de una reducción de indios. Por ejemplo, en Lima tenemos las grandes iglesias de españoles como La Catedral, San Francisco, San Pedro, entre otras y, asimismo, las de las reducciones como la de Santiago de Surco, Santa María Magdalena de Chacalea, San Salvador de Pachacámac, San Pedro de Lurín, San Pedro de Carabayllo y Santiago del Cercado. Esta última del pueblo construido exprofesamente para albergar a indios forasteros que venían a cumplir sus mitas para sus encomenderos (Mario Cárdenas).

Aparte  de conservar las imágenes de los santos religiosos, nuestra iglesia estudiada debe conservar los restos de las personas que en su oportunidad fueron  principales del lugar, de acuerdo a la posición económica como también al puesto político que en su momento gozaron.
Posiblemente estos restos han sido enterrados al lado del altar principal o al frente, dependiendo, como dijimos, del poder económico. Por ello, las criptas funerarias deben conservar los restos de los caciques del lugar. Por su parte, la población campesina se enterraba en las afueras del recinto y comúnmente frente de la puerta principal. Esta importante información fue verificada en 1980, cuando los moradores del lugar realizaban los trabajos de refacción de los zócalos del frontis de la iglesia.


SUS CAMPANAS

La campana mayor, de sonido agudo, no tiene ninguna inscripción que nos pueda servir para la investigación sobre su origen.
La otra campana, es decir la pequeña, sí contiene inscripciones: “SYENDO. ALCAIDES. D. FELYPNER. D.S. TYA. VASQES”. Esta se encuentra en la parte alta de la campana, en todo el rededor. No es legible y tendríamos que utilizar algún líquido para poder leer y diferenciar los nombres de los alcaldes. Según apreciamos, los nombres debieron ser Felipe y Santiago.

La otra inscripción nos dice: “D. JHOSEY: Pº El Comv. Del Patrón: S. PEDRO: D. Pveblo”. De igual modo no está clara la inscripción. Debió ser el nombre del doctrinero del pueblo. Lástima que no se pueda leer el año (si es que se encuentra entre la parte deteriorada).

RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN

La iglesia, que a través del tiempo ha soportado las inclemencias del clima, aun mantiene la exquisitez de sus primeros años, manteniéndose en pie y negándose a caer por los sólidos cimientos prehispánicos que deben existir bajo tierra. Pese a la indiferencia de parte de las instituciones vinculadas con la preservación de monumentos históricos, desde aquí damos una voz de alerta para evitar su posible destrucción.

Luego de haberles explicado a los moradores del lugar nuestra preocupación, estos han tomado conciencia del significado histórico que representan tanto la iglesia como los monumentos prehispánicos existentes en el valle. Ello incentivó que se ofrecieran a participar en forma organizada; empero, debido a los motivos expuestos líneas arriba, todo queda en deseo.

Nosotros seguiremos dando a saber la mayor información histórica posible de todo el valle, para que los coallanos se sientan orgullosos de su rico pasado histórico.

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