jueves, 5 de septiembre de 2013

CAÑETE INSTITUYE "SEMANA DE LA JUVENTUD" DEL 9 AL 16 DE AGOSTO

Por ordenanza  municipal se instituye la “semana de la juventud”, en la provincia de Cañete, hecho que se realizará   todos los años  del 9  al 16 de agosto.  


martes, 3 de septiembre de 2013

COAYLLO EN EL IMPERIO INCA


Este articulo fue publicado en la revista Haucaypata Nº5, por Jaime Briceño, un estudio realizado por el  Arqueólogo Rommel Ángeles Falcón.
Es un extenso estudio sobre los vestigios encontrados de nuestros antepasados en el distrito de Coayllo, que entregaremos a nuestros seguidores en dos partes.

Parte I 

El Curacazgo de Coayllo durante el Imperio Inca
Publicado por Jaime Briceno | 27 diciembre, 2012 | 0 | veces
Resumen:
Los incas emplearon diversas estrategias para dominar los territorios que conquistaron. El presente artículo se refiere a la presencia Inca en un pequeño valle al sur de Lima y su relación con el curacazgo de Coayllo, que dominó el valle durante el Intermedio Tardío hasta la llegada de los cuzqueños, momento en que se produjeron una serie de cambios en la distribución espacial, arquitectura, cerámica y textiles; aspectos que son discutidos en este trabajo.
Abstract:
The incas used different strategies in order to dominate the conquered territories. This article speaks about the inca presence in a valley at the south of Lima and its relation with the Coayllo curacazgo. This last one dominated the valley during the Late Intermediary up to the inca conquest. At this moment, there were various changes in the spatial distribution, architecture, ceramic and textiles. This article speaks about those changes.
Autor:  Rommel Angeles Falcón (huacamalena@yahoo.com)
Artículo publicado en la revista Haucaypata número 5 (http://issuu.com/revistahaucaypata.iat/docs/revista_haucaypata._nro._5._2012)

Introducción
Durante la expansión territorial Inca, los aspectos religioso, político y económico jugaron un rol fundamental. Las conquistas permitieron mejorar las condiciones políticas y económicas del Inca y su panaca, quienes se hicieron administradores de nuevas tierras y recursos. El control de dichos territorios generalmente era indirecto a través de curacas locales supeditados al gobierno Inca.
En su máximo desarrollo el Imperio Inca abarcaba cuatro grandes divisiones territoria- les   conocidas como “suyus”: Antisuyu, Chin- chaysuyu, Contisuyu y Collasuyu. La costa cen- tral, entre otras regiones, quedó comprendida en el Chinchaysuyu. Esta anexión fue lograda por el décimo Inca Túpac Yupanqui, a cuya panaca le correspondió heredar y administrar estas tierras. El pequeño curacazgo de Coayllo ocupaba el valle del mismo nombre y  habría sido anexado al Imperio del Tahuantinsuyo probablemente entre 1450 y 1480 d.C.
El Chinchaysuyu era una de las regiones más grandes y desarrolladas, ocupaba la parte norte del Imperio incluyendo los territorios desde Arequipa hacia el norte; en donde estaban comprendidos Pachacamac, el reino Chimú y Tumibamba (Ecuador), por citar los más importantes. La conquista Inca, en el caso de los Coayllo, implicó la implantación de instituciones incaicas en el valle y la modificación de los asentamientos locales. Se observa que a pesar de que la dominación habría sido pacífica, la presencia Inca fue fuerte y en este periodo el acceso a bienes suntuarios se multiplicó. Los sitios con ocupación Inca ocupan ambas márgenes del valle de Asia u Omas (Figura 1), en muchos casos son estructuras nuevas y en otras son edificaciones sobre sitios tardíos. Estas características se dan en otros sitios de la costa, ya sea en forma masiva como en Pachaca- mac donde los incas imponen grandes edificaciones dedicadas a la administración y a la imposición de la religión Inca (Uhle 1996), o en forma discreta como en Huaycán de Cieneguilla donde la edificación Inca sigue los patrones arquitectónicos locales en cuanto a los materiales de construcción,  pero  modifica el  patrón  de  distribución de los recintos, sólo por citar dos ejemplos.

El valle de Asia durante el Intermedio
Tardío: Los Coayllo
El valle de Asia se ubica en la costa centro sur del Perú entre los valles de Mala por el norte y Cañete por el sur. Según Rostworowski (1978) la sede de los Coayllo, el pequeño curacazgo que dominaba el valle, se encontraba en el valle medio, a 18 kilómetros del litoral y en el actual distrito de Coayllo. A la altura del poblado actual de Coayllo en la margen izquierda del valle y sobre la boca de una quebrada lateral,  hay un extenso sitio compuesto por recintos, plazas y pirámides que deben corresponder al centro principal de los Coayllo. Los españoles crea- ron el actual pueblo de San Pedro de Coayllo con un trazado en damero que aún subsiste, por lo que consideramos que éste fue erigido cerca al pueblo prehispánico y un poco alejado del centro administrativo Inca de Uquira, probablemente estos hechos corresponden  al gobierno del Virrey Toledo (siglo XVI), quien impuso las reformas creando pueblos de españoles para controlar mejor a las poblaciones locales, de esta forma los asentamientos prehis- pánicos fueron abandonados y las poblaciones trasladadas al nuevo pueblo. A la llegada de los españoles el valle era conocido con distintos nombres: Oquilla, Hoar y Cosillo, según obra en distintos documentos (Coello 1993).
Los Coayllo limitaban con los curacazgos de Mala y de Calango por el norte, con los Yauyos por el este y con los Guarco y Runaguana por el sur (Angeles 2010: figura 1). El curacazgo de Mala por ejemplo, ocupaba el valle bajo del mismo nombre y el de Calango ocupaba el valle medio. De acuerdo a Coello (1998), existieron rutas transversales hacia los valles vecinos de Mala y Cañete que permitían la comunicación de los valles medios a través de las quebradas laterales. Es evidente que las condiciones geográficas, una mayor cantidad de agua y tierras cultivables, hicieron que los valles de Mala y Cañete tuviera una mayor población y sus asentamientos hayan sido más grandes en comparación al valle de Asia.

Parcialidades
De acuerdo a las concentraciones de asentamientos y según la toponimia local, probablemente los Coayllo se dividían en tres parcialidades:
- Asia u Ocsa: Ocupaba el valle bajo de manera dispersa en zonas cercanas al litoral para el uso de hoyas de cultivo y la pesca. El sitio más destacado corresponde al Tambo de Asia ubicado en el anexo de Rosario (Tello 2000) frente al litoral, que tiene una ocupación tar- día, Inca y Colonial. Probablemente su límite llegó al sector denominado Socsa y su terreno incluye lomas que reverdecen en el verano; las cuales continúan siendo explotadas hasta la actualidad como zonas de pastoreo temporal por las comunidades de la sierra que bajan en el invierno. El valle bajo que corresponde al actual distrito de Asia, tiene muy pocas evidencias arquitectónicas tardías. Del Tambo de Asia sale un camino que sube al valle con dirección a la sierra. Un sector presenta arquitectura colonial y un segundo sector incluye grandes estructuras de tapia similares a los caminos que corren paralelos a lo largo de un kilómetro. Entre los curacas que realizaron regalos a la delegación de españoles que llegó a Pachacamac estaba el de Ocsa, el cual probablemente venía del valle de Asia, esta propuesta se plantea por toponimia, ya que pasando la zona de Esquina de Asia hay un sector denominado Socsa.
Saquilao
Coayllo: Ocupa la parte central del valle medio, presenta puquios que permiten una agricultura más estable que en el resto del valle. Los prin-cipales asentamientos se encuentran en la margen izquierda del río donde se ubica su sitio extenso, hoy desaparecido por la ampliación de la frontera agrícola. Este sitio correspondería a la sede principal de los Coayllo. En la margen derecha destaca el sitio de Sequilao (Figura 2), excavado recientemente por Jorge Pacheco (Com. Pers. 2010). En el área se identifican al menos tres grandes poblados tardíos: Piedra Hueca, Se- quilao y Coayllo. Piedra Hueca se encuentra a la salida del pueblo de Coayllo, su arquitectura es menor y tiene reocupación Inca. Sequilao, también se encuentra sobre la ladera del cerro, incluye áreas habitacionales y cementerios. Los incas lo reutilizaron estableciendo depósitos con gran- des vasijas incrustadas en los patios, así como la construcción de una sección de muro con hornacinas rectangulares con dinteles de caña Guayaquil y de lajas de piedra.

-Uquira: Se extiende desde el sector denominado Quelca o Piedra Estrella hasta la Yesera, un asentamiento reocupado en el periodo Inca. Los sitios en este sector   son de menor dimensión que los de Coayllo, destacan los sitios ubicados al frente como en las cercanías al sitio Inca de Uquira. Subiendo el valle llegamos al territorio de los Yauyos, el curacazgo de Omas probablemente formaba parte de la confederación Yauyo. En él destaca el sitio de Pueblo Viejo estudiado por Oliver Huamán (2010). El sitio de Quelca o Piedra Estrella, no solo tiene funciones habitacionales, en él se encuentra una gran piedra rodeada de plataformas que corresponde a un lugar sagrado y sobre el cual existen mitos locales de gran antigüedad. Al lado de éste se encuentra un puquio que tiene agua permanente todo el año.
Arquitectura
La arquitectura de los Coayllo está elaborada con piedra y barro;  las piedras utilizadas pro- vienen de los cerros, el uso de cantos rodados de río se utilizan mayormente para las bases de algunos recintos. Los asentamientos ocupan la boca de las quebradas y las laderas de cerros donde establecen terrazas habitacionales con un sistema de estrechos pasadizos de circulación (Figura 3). Algunos recintos presentan pequeñas ventanas rectangulares e inclusive colocan huesos o astas de venados incrustados en los muros cerca a sus hornacinas rectangulares o sus ventanas. Las hornacinas rectangulares aparecen a distinta altura, a veces en la parte superior o en la parte media de los muros (Figura 4). Esta característica también la observamos en sitios del valle de Mala y del valle medio de Cañete y no se observan en el valle de Lurín ni en el valle de Chincha, lo que puede considerarse como una característica local de esta región. Algunas edificaciones probable- mente las principales, presentan una capa de barro a manera de enlucido y una sucesión de hornacinas frente a una pequeña plataforma. Las hornacinas presentan lajas de piedra y, en otros casos, troncos de arbustos o adobes cuadrangulares en el dintel.
Los muros tienen una altura entre 1.5 m. y 2m. con un espesor de 30 cm. aproximadamente. Cuando ocupan las laderas de las quebradas, se adaptan a la morfología del terreno e integran grandes piedras del lugar a sus muros. Es bastante frecuente el uso de plataformas con relleno de piedra y barro para formar los desniveles en la arquitectura. Los muros más anchos incluyen un relleno de piedras menudas de cerro (Figura 5) y los más delgados no poseen este relleno.
Los muros, al igual que en muchos sitios en el valle medio de Mala o Lurín, con frecuen- cia presentan ligeras sinuosidades, tienen una base de piedras uniformes probablemente de río y en la cabecera hay un nivel de 15 a 20 cm. de piedras menudas de cerro.
Los Coayllo no construyen pirámides con rampa frente a patios, esta tradición arquitectónica propia de la costa central sólo se observa hasta el valle de Lurín, siendo ausente desde Chilca hacia el sur. Las rampas sin embargo sólo aparecen de forma muy discreta como elemento arquitectónico y no son el detalle principal de la arquitectura palaciega o religiosa.

La cerámica
La cerámica de los Coayllo ha sido poco estudia- da, se conoce muy poco acerca de su morfología y los estilos relacionados. En su mayoría se trata de cántaros de labio reforzado hacia el exterior, presentan un engobe de color marrón (Angeles y Pozzi-Escot 2004: fig. 13). Pocos cántaros po- seen una banda  color crema en la base del cue- llo ó aplicados cerca al cuello. Se observan boles pequeños de cuerpo cóncavo y labio reforzado al exterior. También aparecen grandes vasijas alisa- das de color anaranjado marrón y labio reforzado hacia el exterior que corresponden a recipientes para almacenamiento.

Los tejidos y entierros
Los tejidos Coayllo, que pueden observarse en los cementerios del valle medio, son paños de algodón listados en colores naturales de crema, y variantes del marrón (Figura 6), la presencia de paños de algodón simples usados como envoltorios funerarios son un indicativo de que los entierros se realizaron en fardos.
Hemos observado al menos dos tipos de enterramientos: (1) en cementerios al lado de asentamientos habitacionales, como en el caso de Squilao. En este sitio los cementerios son abiertos y se hallan sumamente disturbados. No puede definirse si se trata de tumbas múltiples o individuales por el alto grado de destrucción de los cementerios. Se observa en superficie, fragmentos de redes de pesca, envoltorios externos elaborados en tela llana de algodón de color crema y tejidos de algodón listados de color crema y anaranjado.
Y (2) en cámaras cuadrangulares ubicadas en las laderas de los cerros donde existen centros habi- tacionales como Uquira 2 y el sitio ubicado frente a la Quebrada de San Lucas. Estas cámaras cua- drangulares, elaboradas en piedra y barro (Figu- ra 7) y adosadas al cerro y tienen dos secciones: la superior consiste en una cámara enlucida con un ingreso rectangular de 30 por 40 cm., proba- blemente para depositar ofrendas. Y la inferior corresponde a la cámara funeraria donde se encuentra el cadáver, esto se deduce por algunas cámaras que han sido saqueadas tiempo atrás.

Economía
De acuerdo a Rostworowski (1980), los Coa- yllo tenían buenas relaciones con los Mala y acudían en apoyo para actividades comunales, como en el caso de la pesca de lisas que se realizaba en una laguna con acceso al mar, ubicada en el actual distrito de San Antonio en el valle de Mala. La reciprocidad por el apoyo consistía en una parte de la pesca.
Otra información interesante acerca de la economía de los Coayllo se relaciona a la explotación de madera que extraían probablemente de las lomas y bosques que aún existen en Coayllo. Sin embargo de acuerdo a la observación de los basurales prehispánicos asociados a los sitios Coayllo, se observan huesos de cérvidos, maíz, maní, semillas de frutales y conchas marinas tales como Mesodesma donacium “macha”, Concholepas concholepas “chanque”, Donax sp. “morocho” y Thays chocolata “caracol”, lo que implica una economía que combinaba la explotación agrícola, el uso de las lomas y productos de playas arenosas y rocosas dentro de su dieta. Asimismo, existen recintos que sirvieron de de- pósitos. Se tratan de estructuras de hasta tres niveles o plataformas, de 14 m. de largo y en cada uno presentan un patio y un depósito rectangular semisubterráneo ubicado cerca al ingreso (Figura 8). Es evidente que la construcción de estos de- pósitos implicó una fuerte inversión de fuerza de trabajo y que las áreas de depósito  solo podían almacenar pequeñas cantidades de productos, esta situación fue transformada durante el Imperio Inca cuando aparecen una mayor cantidad de depósitos mediante el uso de grandes vasijas enterradas en patios. En sitios Coayllo igualmente se encuentran recintos circulares semi subterráneos de piedra que debieron ser otro tipo de depósitos.

Continuará ......