QUIÉN ASESINÓ A MIGUEL GRAU SEMINARIO?
Sentencia fue dictada por el gobierno del Perú y ejecutada por Chile e Inglaterra
La sentencia de muerte contra don Miguel Grau Seminario fue dictada cuando a un presidente de la República se le ocurrió decir que “...el Perú no necesita adquirir otros buques de guerra acorazados porque ya tiene dos: Argentina y Bolivia”, refiriéndose al presunto apoyo de estos dos países ante la casi segura guerra que Chile preparaba (alentada por Inglaterra, claro está).
La sentencia, como repito, la dictaron los políticos peruanos y la ejecutaron los marinos anglochilenos.
Nuestro gran marino murió como consecuencia de la espeluznante ineptitud geopolítica de los hombres de Estado peruanos de entonces (cualquier parecido con la realidad actual es pura coincidencia).
Tengamos presente esta información: En 1877 Nicolás de Piérola se sublevó en contra del gobierno del general Mariano Ignacio Prado y fue combatido por don Miguel Grau, quien a la sazón era diputado por Paita y uno de los dos oficiales navales más prestigiosos junto con Aurelio García. Piérola jamás olvidaría esto.
En el gobierno del presidente Prado (1876-79) se realizaron esfuerzos para comprarle a Turquía un acorazado (de segunda mano) que era más grande que los acorazados que ya tenía Chile, pero al ser éste un buque fabricado en Inglaterra se necesitaba del visto bueno de este país, a lo que se negó decididamente, aduciendo que el Perú tenía la segunda deuda externa más alta del mundo.
Como podemos constatar, Inglaterra proveyó dos acorazados a Chile, pero le negó uno al Perú. La muerte de don Miguel era solo cuestión de tiempo.
El factor inglés
Como toda Marina dependiente tecnológicamente, el Huáscar tenía dentro de su tripulación de 204 marinos a 74 ingleses (más de la tercera parte), principalmente maquinistas y artilleros. Estos dispararon 61 granadas durante toda la campaña naval, pero solo acertaron tres granadas. El 5% de eficacia artillera. ¿Por qué, además de la falta de entrenamiento?
Por ello, don Miguel ordenaba atacar con el espolón al estilo de los trirremes griegos y romanos.
Igualmente, en el caso del encallamiento de la Independencia, fue por la ineficiencia e ineficacia de los artilleros ingleses que Guillermo More ordenó acercarse para espolonear a la Covadonga.
Ya que hemos mencionado a la Covadonga, es pertinente mencionar que su comandante, el tristemente célebre Carlos Condell de la Haza, el día del combate de Iquique lució en su uniforme el emblema de la Real Armada Británica (?).
12% peruanos
Del total de marinos combatientes en ambas escuadras el 8 de octubre de 1879 en Punta Angamos o sea del solitario Huáscar y las naves chilenas Blanco Encalada, Cochrane (ambas fragatas acorazadas gemelas), O’Higgins y Covadonga (el Loa y Matías Cousiño fueron en persecución de la corbeta peruana Unión): 612 eran británicos, 74 en el Huáscar y 538 en los buques chilenos.
Es decir, en Angamos, del cien por ciento de los combatientes, un 43% fueron británicos, 45% chilenos y 12% peruanos. ¿Qué les parece? Además, la Armada de Chile nunca jamás le ha hundido un buque a la Armada del Perú.
El comando naval chileno encargó a un marino británico –Edwin Penton– la tarea de evaluar los daños del Huáscar y conducirlo hasta Valparaíso, en donde se efectuarían las reparaciones.
Existe un relato de Penton acerca de la llegada a este puerto el lunes 20 de octubre. En él, indica que los primeros en abordar el Huáscar fueron el capitán y la mayoría de oficiales del HMS (Him Majestic Ship: Buque de Su Majestad) Shanon, y que, luego, una comisión del almirantazgo chileno, compuesta por algunos oficiales con uniforme de gala, un sacerdote y unas damas, vinieron y se llevaron la capturada bandera peruana al templo del puerto y de allí a Santiago.
Condell
Ni se imaginan qué oficial fue designado como el primer comandante chileno del Huáscar... Carlos Condell de la Haza, el grotescamente inolvidable comandante de la Covadonga que ordenó fusilar a los náufragos peruanos de la Independencia en Iquique.
A fines de enero de 1880 entregó el mando al capitán Manuel Thomson Porto Mariño, quien muriera el 27 de febrero de ese año durante un combate con el monitor Manco Cápac, en Arica.
James G. Blaine (1830-1893), secretario de Estado de Estados Unidos de Norteamérica en el periodo del presidente James Garfield, escribió un informe a su presidente el 27 de abril de 1882, que, entre otras cosas, dice lo siguiente: “La victoria naval de Chile lanza todo el negocio peruano-boliviano del salitre a manos de Inglaterra. Una flota de guerra inglesa compuesta por siete acorazados estuvo a lo largo de toda la costa, desde el Callao hasta Valparaíso. Ha estado ahí durante todo el periodo de la campaña naval, hasta la debacle del Huáscar. Los acorazados que destruyeron a la marina peruana fueron proporcionados por Inglaterra. Es más, hasta la tela de los uniformes de la infantería chilena es inglesa.
Es un error completo hablar de esta guerra como si se tratara de una guerra entre Chile contra el Perú. En realidad, se trata de una guerra de Inglaterra contra el Perú”.
Más claro ni el agua, pero agua de los manantiales de nuestra maravillosa cordillera.(Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui)
Fuente: diario el men/10/10/2010