"Antes andaba en burro, ahora me paseo en una 4x4"
Miércoles 30 de enero del 2013
Asegura que el emprendedor de éxito no es aquel que vende más, sino que
el triunfo lo obtiene quien sabe innovar y entiende qué busca el cliente.
Diógenes Alva,Empresario
Autor: Fabiana Sánchez.
Gamarra acaba de cumplir 50 años de vida. Diógenes Alva, uno de sus empresarios más representativos, y que sabe el movimiento de las principales galerías, afirma que para conocer a los verdaderos emprendedores solo es necesario darse una vuelta por el emporio comercial.
¿Alguna vez pensó que llegaría al lugar en el que está ahora?
Mi sueño siempre fue ser grande, por eso salí de Amazonas para llegar a Lima y convertirme en alguien respetado, capaz de ayudar a que el país crezca. El desarrollo del Perú requiere que todos pongamos un granito de arena.
¿Fue difícil el camino?
Claro, tienes que atravesar muchas barreras. Yo he trabajado en varios lugares, he limpiado pisos, y no me avergüenzo. Y todo esfuerzo tiene su recompensa. Si antes andaba en un burro de cuatro patas, ahora me paseo en una 4×4.
¿Sufrió algún tipo de discriminación?
Sí. Hay personas que se creen ‘grandes empresarios’ y te miran diferente, pero yo sé lo que valgo y prefiero restarle importancia a ese tipo de críticas o comentarios. Sé que a veces la gente habla porque no sabe lo que uno tiene y tampoco se enterarán porque no necesito andar diciendo si tengo propiedades o a cuánto asciende mi patrimonio, esas cosas quedan en mí.
¿Se considera una persona de clase media?
Considero que para conocer a la verdadera clase media del país solo hay que darse una vuelta por Gamarra, ahí estamos los verdaderos emprendedores, personas emergentes que desean ser grandes.
¿Es un empresario ambicioso?
Para empezar, he salido de mi pueblo para crecer y no me detendré por las críticas. Al contrario, eso me ayuda a ser más fuerte. Soy una persona bastante ambiciosa, y esa ambición me ha llevado de alquilar un cuartito acá, en La Victoria, a tener una casa propia en un buen distrito de la capital.
Al tener dinero, algunos pierden la humildad. ¿Es su caso?
Todo lo contrario. En primer lugar, no me gusta andar presumiendo de lo que he conseguido. Además, siempre he tenido claro que quien paga mi sueldo y el de los trabajadores es el cliente, por eso debo tratar a todos por igual: desde aquel que compra un polo hasta el extranjero que quiere adquirir mis productos por cantidades.
¿Le preocupa andar por las calles de Lima?
Lo que me asusta es caminar por Miraflores. Acá, en Gamarra, yo ando con algunos artículos de oro sin problema, y esto no es solo porque la mayoría me conoce, sino porque estamos en una zona con bastante seguridad.
¿Espera que sus hijos continúen sus pasos?
Todo padre quiere que sus hijos sigan sus pasos, pero hay que dejar que ellos tomen sus propias decisiones. Yo tengo cuatro hijos y, gracias a todo mi esfuerzo, puedo pagarles los estudios en la universidad y darles las comodidades que yo nunca tuve por falta de dinero.
¿Qué otros frutos le ha dejado ser empresario en Gamarra?
Antes de venir a Lima era difícil siquiera pensar en ir de vacaciones a una región cercana a la mía. Hoy, luego de casi 50 años trabajando en el emporio, he podido pagarme viajes al extranjero para capacitarme. He aprovechado esas visitas para hacer contactos con posibles clientes. He logrado que mi voz sea escuchada por autoridades como ministros y congresistas y, en algunas ocasiones, he sido invitado a exponer en universidades e instituciones educativas.
¿Cómo se hace para ser un empresario exitoso?
Antes yo creía que se lograba simplemente con la cantidad de productos que se vendía. Hoy, esa visión ha cambiado. Ahora creo que para triunfar hay que innovar, ser creativos, tener en cuenta que el cliente cambia constantemente y que nosotros debemos estar un paso más adelante para darle lo que demanda.
¿Cómo es el cliente de ahora?
La persona que viene a Gamarra a comprar por unidad busca exclusividad, no quiere usar lo mismo que tiene el vecino y sabe que con S/.50 podrá vestirse de pies a cabeza. Nosotros ofrecemos bajos precios y calidad. Esa combinación es difícil de conseguir.
¿Quiénes son esos clientes?
Antes se decía que solo la gente del pueblo, pero eso no es cierto. A Gamarra vienen todos los peruanos, sin importar su nivel socioeconómico o en qué ciudad viven. La persona que nos visita por primera vez regresa a los quince días o al mes porque se queda contenta con lo que recibe. Lo único malo es que a veces compran acá, pero dicen que lo adquirieron en otro lado.
¿Por qué sucede esto?
Todavía existe quien se acompleja y cree que el decir que compró en una ‘tienda exclusiva’ lo hará tener más clase, pero es falso, ya que en las grandes cadenas también se venden prendas confeccionadas por empresarios de Gamarra.
AUTOFICHA
- Nací en el departamento de Amazonas, y de pequeño trabajé vendiendo verduras junto con mi padre. En ese tiempo tenía el sueño de llegar a ser policía.
- Actualmente me desempeño como presidente de la Coordinadora de Empresarios de Gamarra y trabajo en el rubro de textiles.
- Estudié cursos de atención al cliente, merchandising, comercio exterior, conciliación empresarial, y constantemente recibo capacitaciones empresariales.
fuente: Perú21/30/01/2013
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