sábado, 23 de junio de 2012

INCAS, DANZANTES, MÚSICOS, MEDICOS, AGRICULTORES, ASTRÓNOMOS Y GUERREROS

LOS INCAS ERAN MÚSICOS, DANZARINES, GUERREROS Y ASTRÓNOMOS

Hay numerosas pruebas de la grandiosidad del Imperio del Tahuantinsuyo

Los incas contaron con varios instrumentos musicales de viento y percusión, entre los que se encuentran: la quena, la tinya, el calabacín, la zampoña, el wankar y la baqueta. La música desempeñaba un papel importante en distintas ocasiones. Se sabe que había música amorosa, guerrera, fúnebre y agrícola. La música incaica se componía de cinco notas musicales.

Una característica fue la ejecución de música durante las labores agrícolas en tierras del Estado, con lo cual convertían las duras faenas del campo en amenas reuniones. Los instrumentos musicales empleados en las manifestaciones corporales eran diversos según las danzas a interpretar, los integrantes, las regiones o los motivos de las celebraciones.

Las flautas eran uno de los instrumentos más populares. Las quenas, por lo general, eran confeccionadas con huesos humanos mientras que otras flautas eran de arcilla, plata o, las más comunes, carrizos.

Entre ellas destacan los sikus de caña y cada instrumento está dividido en dos mitades con tonos complementarios y tocados por un par de instrumentos. Para formar una melodía es necesario que ambos instrumentos toquen alternadamente cuando les corresponde y en forma simultánea con los demás registros.

Las antaras o flautas de pan eran hechas de cerámica de nueve tubos acodados, las de carrizos se mantenían unidas por finas soguillas. En cuanto a las trompetas halladas en las tumbas de la costa, pertenecían a uno de los tributos de los señores yungas. Con frecuencia se encuentran quebradas, ya que su destrucción forma parte del ritual funerario.

El caracol marino o Strombus se representó desde la época de Chavín de Huántar y en quechua se le dice huayllaquepa. La voz pututu con el cual se le llama actualmente proviene del Caribe y fue traída por los españoles a la par que las palabras maíz, chicha y ají, entre otras. Es una adaptación de fututo por no existir en el quechua la letra “f”. Un instrumento musical básico fue el tambor. Este podía ser de diversos tamaños y sonidos, y se utilizaba para marcar el ritmo en las danzas y bailes colectivos. Los había pequeños, ilustrados por Guamán Poma, que eran tocados por mujeres, grandes, que eran confeccionados con piel de puma u otorongo y llamados poma tinya y, finalmente, los runa tinya, confeccionados con piel humana.

El compás se marcaba también con cascabeles de plata o racimos de semillas que se ataban a las piernas de los danzantes. En la cultura moche, los grandes señores o los dioses usaban atados a sus cinturas grandes sonajas de oro, como las del Señor de Sipán. Entre los grupos campesinos y en ciertas festividades o celebraciones soplaban en las cabezas secas de venados como si fuesen flautas y marcaban con ellas los pasos de los danzantes.

Lenguas preincaicas  en el siglo XVI

El imperio incaico era un estado multicultural y plurilingüístico, que englobaba algunas de las regiones de altísima diversidad cultural y lingüística como son el norte de Perú, el sur de Colombia y en menor medida el este de Bolivia. Algunas lenguas fueron ampliamente usadas junto con las lenguas quechuas. Entre las lenguas más importantes destacan algunas que estuvieron asociadas a reinos preincacos de importancia. Una lista no extensiva de lenguas regionalmente importantes es:

Idioma puquina, alrededor del lago Titicaca.

Idioma aimara, alrededor del lago Titicaca y en regiones circundantes.

Idioma mochica, en el noroeste de Perú y la costa norte.

Idioma quingnam, en la costa central de Perú.

Idioma chacha, en el territorio dominado por los chachapoyas.

Idioma cacán, en el sur del imperio.

Tecnología militar

Los incas eran hábiles forjadores de metal, construyeron armas de bronce y objetos domésticos. Construyeron hachas y mazas entre otros objetos militares: las mazas tenían forma estrellada con un orificio al centro a fin de colocarla en un palo, recibían el nombre de macanas. Sabían también forjar el hierro, pero lo usaban para objetos muy decorativos, aunque también usaban para este fin el oro y la plata.

Astronomía

En la astronomía incaica destacó el Sol y su culto parece ser una constante en las culturas de la antigüedad, sin duda por el rol que el astro rey cumple en el “calendario agrícola”. Los incas adoraban al Sol fundamentalmente para que les proporcionara abundantes cosechas. Era una fuerza dominante y un símbolo de prestigio y poder.

En el Perú el culto al Sol se oficializó debido a las conquistas incaicas. Estos, que adoraban al Sol al extremo de afirmar que los gobernantes eran sus hijos, llevaban su religión a todos los pueblos que iban sometiendo por medio de la guerra.

El Sol (“inti”, en quechua), al que acostumbran representar por un gran disco de oro circundado de rayos, era adorado en templos cubiertos totalmente de oro, como lo era el Koricancha o “patio de oro” en Cusco. También se afirmaba que el maíz eran las lágrimas del Sol debido al color dorado que tiene el maíz seco. Por lo tanto, se ofrendaba al Sol la bebida que se elaboraba con el maíz: la chicha.

El culto al Sol tenía su apoteosis en la Fiesta del Sol (“Inti Raymi” en quechua) que hasta ahora se reproduce, todos los 24 de junio, en Cusco.

Algunos cronistas afirman que los incas podían predecir los eclipses.

El uso de la astronomía, como en muchas culturas de la época, tuvo un alcance agrícola desarrollado. Los incas eran capaces de separar las estaciones por épocas de sembrado y cosecha para cada tipo de producto. Se logró esta herramienta mediante la utilización de edificaciones de piedra (entre los que se encontraban los templos anteriormente mencionados) alineadas con los ejes cardinales siendo el norte la guía referencial utilizada.

Medicina

La medicina que se practicó en el incanato estaba íntimamente ligada a la magia y religión. Todas las enfermedades se suponían provocadas por el desprendimiento del espíritu del cuerpo, a causa de un maleficio, susto o pecado. Los curanderos incaicos llegaron a realizar intervenciones quirúrgicas, como trepanaciones craneanas (practicadas anteriormente por la cultura Paracas), con el propósito de eliminar fragmentos de huesos o armas, que quedaban incrustadas en el cráneo, luego de accidentes o enfrentamientos bélicos. Uno de los instrumentos utilizados en la cirugía incaica fue el “Tumi” o cuchillo de metal en forma de “T”. Como anestesia se usaba la coca y la chicha en grandes cantidades y se sabe que también conocieron el uso de las vendas.

Los médicos kallawayas, tradicionales en la región andina, han conservado una detallada clasificación antigua de las plantas y animales que se considera proceden de la época. Estos kallawayas conocían la quina, una planta altamente efectiva contra la malaria.

Agrotecnia

Se estima que los incas cultivaron cerca de setenta especies vegetales, entre ellas papas (Solanum tuberosum y otras), camotes (Ipomoea batatas), maíz (Zea mays), ajíes, algodón (Gossypium barbadense), tomate, maní ( Arachis hypogaea), oca (Oxalis tuberosa) y quinua (Chenopodium quinoa).

Las principales técnicas agrícolas, en cuanto a la disposición de tierras fueron: andenes o terrazas para evitar la erosión y aprovechar las laderas y cerros; Waru waru, técnica en la que se araban surcos alrededor de los cultivos y se les llenaba de agua para crear un microclima más estable que el ambiente; pozas secas que se llenaban en época de lluvias.

Era muy empleado en la costa. Se les llamaba simplemente lagunas (qucha); también se resalta su técnica de mejoramiento de especies. Supieron de la mayor influencia de la temperatura del suelo que la del aire sobre las plantas, como lo atestigua el laboratorio de Moray; la ganadería, en cambio, fue menos favorecida. Esto se debió a la escasa fauna andina.

Utilizaron llamas como bestias de carga y alpacas como fuente de alimentos y vestimenta. La vicuña fue también muy apreciada. Se crió también el cuy (Cavia porcellus), hasta hoy uno de los principales potajes de la gastronomía andina.
Fuente/ El Men/23/06/2012

“Soy pájaro corsario porque no me gusta el alpiste y vuelo porque no me arrastro, que el arrastrarse es la ruina, no escucho las zonceras del que vuela a lo gallina”.

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