La marca país que yo quiero que los peruanos llevemos en el corazón y que esté tatuada en nuestro ser es la que líneas abajo expondré.
Pido al bus rojo, con sus personajes incluidos, que lleguen a cuanta plaza exista en nuestro territorio y proclamen, megáfono en mano, lo siguiente:
1. Tener educación pública de calidad que les permita enfrentar la vida y ser verdaderos ciudadanos del mundo.
2. Vivir seguros en su entorno con la confianza de la policía, el juez, los políticos, el alcalde, y demás autoridades, sean gente que realmente velan por ustedes y no como muchas veces ocurre, gente de dudosa reputación.
3. Ser atendidos en un sistema de salud inclusivo, que sus hijos y abuelos no se mueran por falta de cuidados.
4. Trabajo digno, con condiciones justas y sueldos que les permitan vivir decorosamente y sin sobresaltos.
5. Que los respeten sea cual sea el color que tengan, religión que profesen y sexualidad que ejerzan, sin tener que aguantar atrevimientos ajenos porque no estén de acuerdo con tal o cual condición.
6. Decir con libertad lo que sienten, piensan y desean, sin que una turba de matones les hagan trizas el auto y los dejen al borde del infarto!!!
7. Obligar a nuestras autoridades a cumplir lo que prometen, a fiscalizarlos, a exigirles que nos rindan cuentas por aquello que ofrecieron.
Pero así como tienen derechos, vamos a leerles sus obligaciones. Ustedes tienen la obligación de:
1. Documentarse muy bien sobre cada candidato a la presidencia del país, para no dar cheques en blanco firmados con ira.
2. Entender que la palabra solidaridad no es un partido político, es una actitud que debemos desarrollar los peruanos para que no sigamos fragmentados como sociedad y de una vez por todas sanemos nuestras heridas.
3. Entender que cambiar el país pasa también porque nosotros mismos cambiemos de actitud con la gente que trabaja con nosotros en la empresa y en la casa, preocupándonos de quienes están cerca y tratarlos como miembros de nuestra familia.
4. Educar a sus hijos en valores, sin comprar el DVD pirata ni el libro bamba de la esquina o piratear cable para después quejarnos a viva voz de la corrupción. Eso como un ejemplo solamente.
5. Pagar tributos para poder exigir y no buscar a los contadores, para que al final del año arreglen todos nuestros beneficios y nos hagan parecer pobrecitos con ingresos miserables
6. Alegrarse del éxito de otro peruano. Y no me refiero al éxito necesariamente mediático, sino más bien a ese éxito que está ahí, en tu cuadra, en tu piso, en tu oficina. A ese hay que aplaudirlo y copiarlo para así generar una cadena de éxito nacional.
Te estoy esperando bus rojo, así de lindo y soñador como llegaste a Nebraska. Huarochirí, Huancavelica, Paurcarpata y todos los rincones de este maravilloso país esperan ansiosos tu llegada con ese mensaje de verdad, esperanza y compromiso.
Y como dijo Paul McCartney, “¡Viva el Perú, carajo!” Y como digo yo, “Somos un país de la conche…”
Por Carlos Galdós
Publicado en la revista SOMOS, 14 de mayo del 2011
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